Portada » Reptiles » Información reptiles » Temperatura corporal de los reptiles, Regulación activa y pasiva, procesos

Temperatura corporal de los reptiles, Regulación activa y pasiva, procesos

Temperatura corporal de los reptiles

Los reptiles son bien conocidos por ser animales poiquilotermos o popularmente llamados animales de sangre fría, estas expresiones vienen dada debido a que la regulación de la temperatura de su cuerpo no responde a mecanismos fisiológicos, sino más bien a procesos comportamentales y ambientales de los cuales se valen para autorregularse. En este artículo hablamos de la temperatura corporal de los reptiles.

La temperatura corporal de los reptiles no obedecen a un solo patrón, sino que pueden soportar temperaturas variables, tanto bajas como altas, las cuales son dependientes en muchos casos de la zona en que habitan. A los reptiles que pueden soportar amplios rangos de temperatura se le denomina euritermos, en caso contrario reciben el nombre de estenotermos, es decir, en aquellos en que los límites de temperatura son reducidos. De igual modo, la temperatura corporal de los reptiles varía de acuerdo a las necesidades de cada especie, mantener el control de la temperatura corporal es realmente importante, pues de ello dependen otros factores importantes como los procesos metabólicos que implican la digestión, crecimiento y reproducción.

Procesos de regulación de la temperatura corporal de los reptiles

Como bien ya hemos mencionado la temperatura corporal de los reptiles depende de gran manera de factores ambientales y de cómo estos individuos pueden adaptarse y buscar los mecanismos necesarios para mantener una temperatura óptima en su cuerpo. Los mecanismos para mantener dicha temperatura varían entre las especies, pero de manera general tenemos las siguientes:

Los reptiles utilizan la energía solar (heliotermia)

En primer lugar muchos reptiles utilizan la energía solar para calentar su cuerpo, para ello se posan o perchan en lugares donde los rayos del sol les inciden directamente hasta que alcanzan una temperatura corporal preferida, este mecanismo recibe el nombre de heliotermia.

Esta actividad sucede sobre todo en lugares abiertos en lo que estos vertebrados pueden aprovechar al máximo esta fuente de calor. Es importante destacar que algunos reptiles pueden cambiar la coloración de su piel en beneficio de esta acción, lo que le permite absorber el calor de manera más eficiente, de igual modo pueden optar por otro tipo de coloración que le ayude a repeler los rayos solares de manera que la absorción de calor sea menor.

La regulación de la temperatura corporal de los reptiles mediante la toma de sol directa puede provocar un sobrecalentamiento del animal, por lo que debe alternar los ciclos de sol y sombra, mientras que otros pueden utilizar los cuerpos de agua y sumergirse tal como lo hacen las distintas especies de cocodrilos y caimanes, de igual modo los reptiles suelen dirigirse a madrigueras o sitios más frescos en donde pueden perder calor bien sea por evaporación o convección.

Especial cuidado se debe tener con los reptiles que se mantienen en cautiverio en forma de mascota, en donde se les coloca lámparas UV o bombillos con la intención de calentar el espacio, lo que podría ser contraproducente si no se monitorea y se mantiene un control estricto de la temperatura ya que pueden causarles lesiones y quemaduras.

Tigmotermia

Otro de los mecanismos utilizados se denomina tigmotermia, en la cual la temperatura corporal de los reptiles cambia en conformidad a la temperatura que tienen los sustratos sobre los cuales suele posarse y también a través del aire, ganando calor a través del proceso de conducción.

Para lograr lo anterior, los reptiles se mantienen en las rocas, arenas u otros sustratos que han sido irradiados por el sol, de manera que pueden aumentar su temperatura por efecto del paso del calor del sustrato al cuerpo del reptil. Dependiendo de la temperatura que necesiten, pueden estar sobre las rocas, a los costados u ocultos debajo de ella, de manera que se mantienen a salvo de posibles depredadores, de igual modo pueden utilizar el calor que se acumula en sus madrigueras durante el día y acelerar su metabolismo, este tipo de regulación es muy utilizado por las lagartijas y las serpientes.

Regulación activa y pasiva de la temperatura corporal de los reptiles

Básicamente comprende dos grupos, los termoreguladores activos y los pasivos (termoconformistas). Veámolos más detalladamente.

Termoreguladores activos

Como bien hemos venido mencionando, las distintas especies de reptiles han buscado mecanismos que les permitan regular su temperatura, bien sea para aumentarla o disminuirla. A los animales que buscan la manera de poder mantener una temperatura óptima para su beneficio a través de los diferentes mecanismos se les denomina termorreguladores activos, estos reguladores activos poseen la capacidad de mantener la temperatura corporal más alta que la del medio en caso de ser necesario.

Termoconformistas

El otro grupo donde la temperatura corporal se ve influenciada de manera directa por la temperatura ambiental se les denomina termorreguladores pasivos o termoconformistas. La temperatura corporal de los reptiles termoconformistas aumenta o disminuye dependiendo de la temperatura que le brinde el hábitat, esta estrategia es adoptada por reptiles que viven en lugares donde la oportunidad de aumentar su temperatura por radiación solar son escasos. Otro factor importante que afecta el mecanismo de regulación de la temperatura corporal de los reptiles son las estaciones, en lo que algunas épocas del año es difícil conseguir fuentes de calor para mantener el ritmo metabólico.

Es importante destacar que debido a estos procesos estacionales, varias clases de reptiles pueden tener ambos mecanismos de regulación, en las temporadas cálidas pueden mostrar conductas activas, pero cuando la temperatura desciende los reptiles deben adaptarse al entorno por lo que mantienen una regulación pasiva.

Autores consultados

  • Daza-Pérez, E.; Pérez-Miranda, R. (2011).
  • Lara-Resendiz, R.; Arenas-Moreno, D.; Méndez-De La Cruz, F. (2013).
  • Pages, T. (1990).
  • Paternina, R. (2016).
  • Velásque, J.; González, L.; Prieto, A. (2011).

Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *